jueves, 8 de noviembre de 2012

"OIR MISA"

“oír misa”
Muchas veces he escuchado esta frase entre nosotros los católicos que me parece interesante,  y en ocaciones, la considero  inadecuada.
Quisiera conocer ¿Porqué esta expresión? a mi juicio debería ser mucho más que oír, incluso, mucho más que escuchar misa; la celebración que los católicos realizamos todos los días y en especial los domingos, enmarca más que escuchar la palabra de Dios a través de su sagrada escritura (celebración de la palabra); ir a misa es un acto litúrgico que implica participación, no solo escuchar, también orar, alabar, participar en misa es también recordar como Dios se encarno haciéndose hombre para enseñarnos el camino verdadero, mostrándonos como siendo humildes y teniendo condiciones humanas, podemos alcanzar la gloria de estar junto a nuestro padre celestial; es aceptar la divinidad de su ser en la humanidad encarnada de su propio hijo (eucaristía).
Por eso es una celebración, porque participamos en una fiesta y del banquete que nos brinda con su presencia (no vamos a una fiesta para estar sentados sin disfrutar de lo que nos sirven); al participar en esta fiesta conmemorativa y al servirnos de su banquete celestial, entramos en comunión de manera física y espiritual, sencilla, pero llena de amor y poder, por lo que debemos estar dignamente preparados, recordemos que es al mismo Cristo a quien recibimos cuando comemos el pan de vida.
Este acto litúrgico deberá siempre ser una fiesta para los que en Cristo confiamos, es el rito en el que él, se entrega a nosotros por amor; debemos estar alegres los que a él se acogen, de fiesta los que él protege y en celebración los que amamos su nombre, pues siempre estará bendiciendo al justo y protegiéndolo como un escudo con su favor (salmo 5, 12-13). Esta es nuestra fe y debemos tomarla como ese escudo del que se habla y en el que también nos lo confirma Efesios 6,10: como parte de nuestra armadura contra el pecado. Además, él nos favorecerá con la invencible santidad de su espíritu, de la que también hace referencia en Sabiduría 5, 19. 
La fe de un católico, es la comunión eucarística con nuestro padre celestial mediante el cuerpo de Cristo, el derrama su espíritu santo en nosotros por medio de su hijo, lo que nos otorga su invencible santidad y nos protege, pues a su divinidad nos acogemos; lo conmemoramos con una fiesta, donde celebramos y recordamos como hemos adquirido por medio del sacrificio pascual de Cristo, la eternidad celestial; al vencer al pecado y resucitar entre los muertos, Jesús, nos da la salvación eterna a los que amamos su santo nombre.
Después de hoy esperaría, que el que el católico que ha leído esta nota, diga con orgullo voy a “participar en misa” y no solo a oírla. Misa no es un nombre cualquiera, su significado es misión y nuestra misión como cristianos es demostrar con nuestras vidas, nuestro trabajo ordinario y nuestro ejemplo, que somos hijos de Dios amor. Es por eso que al final de la celebración, el sacerdote ministra la bendición (del padre, hijo y espíritu santo) haciendo un llamado para ser misioneros, al tener presentes a Jesús en nuestras vidas y llevar la paz con nosotros, dando testimonio de esto al transmitirla a nuestro prójimo.