viernes, 1 de marzo de 2013

Sede Vacante...

Sede Vacante…
Mucho se hablado en los últimos días de la renuncia del pontífice alemán Benedicto XVI. Hecho que no se daba en casi 600 años, convirtiéndose en el séptimo después de Gregorio XII que en 1415 figuró como Papa emérito. Por lo que no voy a hablar mucho de los hechos que rodean esta decisión, hasta cierto punto sorpresiva partiendo de que con 265 vicarios de Cristo que han dirigido la iglesia por más de 2000 años, solo siete han optado por un derecho que está establecido en el canon de la iglesia.
Joseph Ratzinger fue elegido Papa el 19 de Abril de 2005, eligiendo el nombre de Benedicto XVI para dirigir el cargo de obispo de Roma a sus 78 años de edad, cuyo ministerio duró casi 8 años; el pontífice fue claro al expresar públicamente: “he llegado a la certeza de que mis fuerzas, debido a mi avanzada edad, no se adecuan por más tiempo al ejercicio del ministerio petrino.” Estas son las palabras con las que inicio una opinión personal, que considero debería dársele un mayor enfoque en los medios, en vez del sensacionalismo al que ya nos tienen acostumbrados.
Poco se habla de la revolución que a mi juicio estaría haciendo esta prudentísima decisión, en un sentido estrictamente humano, que valora la dignidad del hombre, sobre todo, en el respeto por la vida; una decisión que debería seguir como ejemplo en los nuevos pontificados.
Recordemos que la iglesia es de Jesucristo, verbo divino encarnado en la debilidad humana, y en la cual quedó establecida; una barca con elementos humanos que la mueven y cabeza o dirección divina que no la deja hundirse. “Es él (Jesucristo) quien la conduce, a través de los hombres que ha elegido.” Por lo que el perfil humano no debe ofuscar al carácter divino.
Estar consciente de nuestra debilidad humana, de que nuestras fuerzas se deben adecuar a la realidad de nuestro espacio y tiempo en el mundo; sí, es un ejemplo de humildad al dejar el cargo, pero también de respeto a la vida que Dios nos ha regalado y que debemos cuidar desde nuestras facultades humanas. Prudencia, es una virtud cardinal que genera cordura, humildad, certeza, claridad con la que se dirige el peregrinar de una vida a convertirse en plena.
Mucho más que un bajarse de la cruz como varios falsos moralistas (que hoy en día abundan) quisieran imputarle al Papa, en un mundo en que se empobrecen los valores, hacen de esta decisión un verdadero ejemplo de cómo abrazar la cruz, a través del verdadero valor humano, que todos deberíamos enriquecer, la vida valorada como tal. Darle valor al sacrificio que por amor, hizo Dios en la cruz, es darle valor a la vida, que él nos dio. Cuidar la vida, es dignificarla.
Hay Sede Vacante…La dignidad humana ocupa por hoy su silla. Gracias santo padre, gracias Benedicto XVI no solo por darnos con tu decisión un ejemplo más de valores humanos, que tanto hacen falta en nuestros días, gracias también por seguir entregando tu vida, al servicio de la iglesia a través de la oración y la contemplación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario