martes, 23 de octubre de 2012

UNA MISMA IGLESIA


UNA MISMA IGLESIA
Después de la participación en nuestra celebración católica un día domingo nos dirigimos con mi familia a otra celebración ocasional: dar gracias por un año más de vida, de una compañerita de mi hija menor. La pequeña estaba cumpliendo sus primeros cinco años y sus padres se lo celebraron ese día, primero con la acción de gracias en Misa y luego con la respectiva piñata en un local de comida rápida de la ciudad.
Los padres de la niña son muy católicos pues son coordinadores de un grupo de colaboradores en la iglesia, ellos pertenecen a una comunidad llamada Misioneros de Jesús; me llamó la atención algo que paso en nuestra mesa y es el hecho de que una de las amiguita de mi hija,  pertenece a otro tipo de fe, fuera de la iglesia católica, estuvimos sentados y platicando con la mamá de ella mientras las dos niñas encantadas y entretenidas con los juegos del local, se divertían disfrutando de la fiesta, la madre de esta niña con mucha seguridad y entrega hablaba de la iglesia a la que asiste, hasta cierto punto dijo algo que me incomodó, al hacer una comparación entre los pocos colegios laicos de buena calidad y los muchos colegios católicos que existen en el país: “los colegios católicos son muy buenos pero pueden confundir a los niños” (haciendo referencia a la fe), por no amargar el momento dejamos pasar el comentario haciendo una pausa y cambiando el tema, pues en realidad ella es libre de pensar como más le guste. Cuando sirvieron la mesa, no pude dejar de notar como hizo su oración de gratitud por los alimentos  y se comporto como una verdadera cristiana, cosa que a muchos católicos nos falta.

Fuera del comentario, es una persona muy agradable que defiende su fe con su comportamiento y trato a los demás, procuraba que la niña no olvidara sus oraciones y compartiera sus alimentos si alguien se quedaba con cara de hambre.
Al observar esta escena me di cuenta que los cristianos fuimos divididos por los intereses personales de unos pocos; sin embargo, el mismo amor y entrega se puede encontrar en los que verdaderamente amamos a Cristo, sin seguir a hombres o costumbres.

DIOS pone su mirada en nosotros cuando nos abandonamos en sus brazos, con la convicción que es él, el único ser que nos ama sin ver esas divisiones que hemos creado. DIOS está muy pendiente de cómo nos amamos unos con otros, pues  a él lo encontraremos siempre en el amor al prójimo.

En realidad es un único amor en todas las iglesias cuando nos referimos a un “DIOS AMOR” (1Juan 4,7-8) por lo que debemos aprender a respetarnos, pues evangelizar es dar a conocer este amor, no así diferenciarlo.
Con tanta iglesia deberíamos terminar en una simbiosis teológica que promueva un dialogo con el amor único omnipresente, en vez de concluir en un mundo disputado por la diversidad de corrientes, que al final casi sin quererlo o sin darnos cuenta, nos separan de la esencia de DIOS.

Debemos estar claros en lo que DIOS quiere mediante su palabra  y enseñanzas para no ser presas de los engaños del enemigo, que en un principio pareciera darle resultado la estrategia de dividirnos, pero que solo el tiempo estará encargándose de demostrar lo contrario, pues el amor que profesa un verdadero cristiano, es el mismo en todos los ambientes. Este enemigo que ya fue derrotado en la cruz y que trata de apartarnos de nuestro regalo de salvación, alejándonos y dividiéndonos entre hermanos, no logrará su objetivo, siempre y cuando estemos unidos por el amor en Cristo que es el que nos fortalece.

Amamos al mismo ser y adornamos ese amor de muchas maneras sin salirnos de sus principios, mientras mantengamos estos principios, demostraremos que seremos una sola iglesia pues nos dejamos guiar por una sola cabeza que es Cristo (no está demás decir hay que evitar perder la cabeza).
Por lo demás no veo lejos el día y exhorto a los que leemos esta nota a que podamos compartir una misma fe, adorándolo dentro de una sola iglesia sin diferencias; es un sueño que tengo y oro para que:
"Todas las iglesias separadas nos unamos nuevamente siendo movimientos apostólicos y compartiendo ese amor a nuestro redentor y salvador dentro de una sola comunidad  y que ese día sea un día glorioso para el señor."
Te invito a orar para que esa unión de los cristianos sea el deseo y el trabajo diario de todos…

jueves, 11 de octubre de 2012

EL AÑO DE LA FE

“El año de la fe”
Este 11 de Octubre de 2012 se dio inicio el llamado año de la fe para todos los fieles católicos y terminará el 24 de Noviembre de 2013 con la solemnidad de Cristo Rey del Universo. Este día también se recordó el 50° aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II inaugurado por el Papa Juan XXIII un 11 de Octubre de 1962 donde se introdujeron reformas importantes al interior de la iglesia católica dentro de una sociedad moderna; por lo que se conto con la presencia de 15 “padres conciliares” que participaron en dicho concilio con su aporte a esas reformas y que todavía viven.
Desde la inauguración del Concilio Vaticano II se han celebrado en la iglesia católica dos años de la fe: en 1967 convocado por el Papa Pablo VI y ahora por el Papa Benedicto XVI. Pero ¿Cuál es el objetivo de celebrar un año de la fe? No es que la fe necesite de “bulla” o propaganda para ser difundida, pero “hacer bulla” a través de los medios con un año internacional ayuda a su propagación, definitivamente ¡vale la pena!
Los valores humanos son universales y perennes (no debería dedicársele un año, sino hacerse de manera continua) pero la conciencia de los hombres es fluctuante y tiende a cambiar cuando es sometida a circunstancias de crisis que golpean nuestros días, a secularismos agresivos que toleran lo inmoral bajo un pretexto de “aperturismo”, a debilidades  que adopta la forma de indiferencia y que provocan un individualismo estéril; por esto y más, la humanidad necesita un medicamento que despierte la conciencia humana para que se pueda admirar la belleza de este valor muchas veces olvidado.
Por lo que debemos ser coherentes al descubrir, profundizar y practicar los contenidos de nuestra fe sintetizados en el Catecismo de la Iglesia Católica:
·        La fe que profesamos (El Credo).
·        La fe que celebramos (Liturgia).
·        La fe que vivimos y practicamos (Moral).
·        La fe que rezamos (Oración).

Debemos de igual manera comprometernos en favor de una nueva evangelización, redescubriendo un verdadero  entusiasmo al comunicar nuestra fe.
Debemos invitar a una autentica y renovada conversión dando testimonio de vida y confesando nuestra fe en Cristo como único salvador del mundo, suscitando la plenitud, confianza y esperanza que en él tenemos a través de la coherencia de nuestros actos.
Que en este año la relación con Cristo se vuelva cada vez más fuerte mediante la lectura, reflexionando y meditando; mediante la oración, en forma personal y comunitaria. Abriendo el alma a la gracia de manera que podamos asimilar con la mente y con la vida, esa amor autentico y duradero que solo en Cristo encontramos.
¡Definitivamente un año entero para renovar nuestra fe hará mucho bien a nuestra comunidad universal!      

domingo, 7 de octubre de 2012

34° DOCTOR DE LA IGLESIA

34° DOCTOR DE LA IGLESIA: “EL MAESTRO DE SANTOS”
SAN JUAN DE ÁVILA

“El Apóstol de Andalucía”, como muchos lo llaman, predicador y reformista del siglo XVI. Sacerdote diocesano y “columna de la iglesia” como lo definió otro de los grandes santos contemporáneos a él, Santa Teresa de Ávila.
Almodóvar del Campo ( Ciudad Real ) vio nacer a un santo, como si Dios quisiera manifestarse en él, pues fue para un 6 de enero en la fiesta de Epifanía del señor; el año no se conoce con certeza, pudo ser o bien en 1499 o 1500, lo cierto es que pasando del quinto centenario a su nacimiento, la doctrina  de San Juan de Ávila toma mayor vitalidad gracias a la decisión del papa Benedicto XVI, en proclamarlo el 7 de Octubre del 2012 como el 34° Doctor de la Iglesia.
No solo la gente sencilla se deleitaba de su fervor, sus extraordinarios discursos, llenaban de motivación a muchos de sus compañeros sacerdotes quienes después de escucharlo quedaban maravillados de su forma de predicar, bastaba con presenciar sus misas para darse cuenta de la profunda espiritualidad que debía tener un sacerdote. Fundo a lo largo de su vida más de diez colegios sacerdotales esparcidos por su querida Andalucía, dejo un valioso escrito dirigido al concilio de Trento, en los que hace ver la necesidad y la forma de fundar seminarios para una verdadera reforma de la iglesia y sus clérigos; fue amigo, confesor y guía espiritual de renombrados santos del siglo de oro, como San Francisco de Borja, San Juan de Dios, Santa Teresa de Jesús, San Pedro de Alcántara  y San Ignacio de Loyola, entre otros de espíritu tridentino y así bien ganado su título de “maestro de santos”; por todo esto y más el Papa Pio XII lo declaró patrono del clero secular español en 1946.
Siempre hasta el día de su muerte, reflejó su amor a Dios sin apartarse de la necesidad de los hombres, pedía mucho por los enfermos a los que, por su dolorosa condición (enfermo de su arduo trabajo) comprendía muy bien y los aconsejaba: Amigo mío, no examinéis lo que haríais estando sano, sino contentaos con ser un buen enfermo todo el tiempo que Dios quiera. Si es su voluntad lo que buscáis, ¿qué os importa estar sano o enfermo?” y es que el mismo oraba cuando sus dolores aumentaban“Señor mío, crezca el dolor, y crezca el amor, que yo me deleito en el padecer por vos”. Contemplando y abrazando su crucifijo murió santamente diciendo “Jesús, María” el 10 de Mayo de 1569.


Beatificado por el Papa León XIII el 15 de Abril de 1894.        


                                                       
Canonizado por el Papa Pablo V el 31 de Mayo de 1970.

                                                                 
Doctor por el Papa Benedicto XVI  el 7 de octubre de 2012.


Sus restos descansan según su propia voluntad en la iglesia de la compañía de Jesús en Montilla, convertido en santuario y centro diocesano, es motivo de peregrinación, así como la modesta casa que albergó en sus últimos años, al maestro de santos como dice en su epitafio.
Es el 4° santo español declarado doctor de la iglesia a esta fecha junto a San Isidoro de Sevilla, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila.
Este 7 de Octubre del 2012 en la Plaza San Pedro del Vaticano, el Papa Benedicto XVI después de haberlo anunciado en Agosto del 2011 para la Jornada Mundial de la Juventud  hizo la proclamación oficial, junto a Santa Hildegarda de Bingen también proclamada este día (de origen alemán y que en otra publicación hare reseña). Con ellos son ya 35 los Doctores de la Iglesia Universal quienes servirán de guía para la defensa de la fe cristiana, la formación y la vida espiritual de todos los fieles; con sus ejemplos de vida nos muestran una ruta humanamente posible para alcanzar la plenitud en Cristo.


viernes, 5 de octubre de 2012

"EL DÍA DEDICADO AL SEÑOR"

“EL DÍA DEDICADO AL SEÑOR”
Cuando se habla sobre el día del señor los que pertenecemos a religiones monoteístas (judíos, musulmanes y cristianos) nos referimos a un día en particular; muchos también lo relacionamos con el día en que Dios finalizó su creación, descansó y contempló todo lo que había hecho; a diferencia del Islam que todos los días debe hacerse hasta cinco oraciones agradeciendo toda la creación a Dios.
Hoy en día se habla de sábado, domingo o viernes  para dedicárselo a nuestro creador.
El sábado (Shabat) en la religión Judía es donde se reúnen a orar: su ley prescribe que no se debe de realizar más que el mínimo esfuerzo para llegar al lugar donde se congregan, no se deben ejecutar actos que signifiquen trabajo en el sentido de crear, producir o realizar esfuerzos; comienza el viernes con la puesta del sol haciendo una ceremonia (Kabalat Shabat o recepción del sábado) y termina después de la puesta del sol, el propio sábado.
En el Islam los Viernes es el día de oración comunitaria: es un precepto asistir, es dedicado a la unidad entre hombres y el mundo,  para los musulmanes todo es dedicado a Dios (Allah) desde el ser personal hacia todo lo que lo rodea y el Viernes (Yúmu‘a) es de suma importancia pues da un alcance comunitario.
En la religión cristiana, ocurre algo singular producto del cisma existente y provocado por la babel de criterios que ya conocemos: unos mantienen una posición Judía de seguir reservando el sábado para el señor, mientras otros adoptamos el domingo pues este día pasa a ser la celebración donde  Dios hecho hombre y con su resurrección venció al pecado, dándole la salvación a los hombres para la vida eterna.
Sin embargo, no es lo mismo  proclamar “un día dedicado al señor”, que dedicar un día para proclamar al señor. Proclamar un día dedicado al señor, no sería justo para el que nos ama sin condición, más bien debería ser un día dedicado a la preparación de su proclamación diaria; porque en realidad todos los días tendrían que ser dedicados a nuestro Dios (como en el Islam). En fin, es la costumbre que muchos cristianos tenemos al expresarnos de este día en especial.
Ciertamente el Domingo, para nosotros los cristianos, es un día de celebración por el triunfo de nuestro señor Jesús sobre la muerte, es expresar con solemnidad que nuestro padre es un Dios de vida, de resurrección, es la promesa viva, cumplida en el amor y por ese amor nos esperará una eternidad llena de gozo.
Lo anterior es un fundamento cristiano, por el cual protestante y católico, guste o no,  seguirán unidos; pues ambos proclamamos a un Cristo vivo producto del amor divino. Mientras se mantenga esta visión de Cristo, habrá esperanza de que un día celebremos juntos este día tan especial para el cristiano… son mucho más los pensamientos que nos unen a los que nos distancian, donde cada uno de nosotros deberíamos trabajar mediante la reflexión y la oración, pidiendo la unificación de criterios.
Recordemos: el que viene a robar, a matar y a destruir, ese enemigo que como león rugiente nos quiere devorar, busca y nos quiere mantener divididos…