Algunos podrían
indicar o señalar, que una beatificación o posterior canonización, no es más
que una embestidura eclesial, o una costumbre religiosa… es el reconocimiento
de una vida de fe ejemplar y extraordinaria, que sirve de modelo para los que
aún tenemos presencia en la tierra; es saber que se puede dar la gloria a Dios
con nuestra vida; es reconocer que la búsqueda del Reino de Dios es posible y
que se comienza aquí en la tierra; es hacernos recordar el ejemplo de vida que
Cristo enseñó, aplicó y encomendó a sus discípulos transmitir.
No es cuestión de
embestiduras, costumbres o gustos religiosos (obviamente, como Católico, es una alegría este reconocimiento a una vida de santidad), pues Romero representa
mucho más para su pueblo que para su institución... su figura es actual, pues su
voz sigue siendo la de un pueblo en opresión, no a través de balas
(supuestamente), sino ahora, de la indiferencia social; el ápice de su historia,
representa un modelo de actitud ante la vida, que un verdadero cristiano debe
sostener en todo momento, pues muchas veces nos mostramos indiferentes; recordar
su coraje, es recordar al profeta, diciendo a su propio pueblo cual es su deber
con Dios; su martirio, el martirio de cada prójimo olvidado, sediento de
justicia y no de placas, emblemas, flores o recuerdos; su causa, es la misma causa
de Cristo, analogía en vida de su mensaje y expresión; su embestidura eclesial,
es un compromiso para la Iglesia (como institución y pueblo de Dios) en su
opción preferencial por los pobres y la coherencia misma de la fe.
Que su embestidura
sea para todos, la embestidura de su causa, en la búsqueda de trascendencia a
la sensibilidad, conciencia y acción fraterna, ante las necesidades del mundo,
pero sobretodo ante las propias, es decir, a la necesidad de amar y de actuar,
a la hora de ver al indigente en la calle, a las familias de víctimas que a
diario mueren, a los niños y jóvenes que se pierden entre las calles; a la
necesidad de orar y pedir al Padre, cuando nuestras fuerzas fallan ante la
impotencia de ver al prójimo padecer a causa de la injusticia y la marginación social,
que viendo a sus hijos con hambre, pidiendo un pedazo de pan y no podérselo dar,
se pierde en lágrimas y desesperación, buscando salidas como la emigración, la
prostitución, las drogadicción… Que muchas veces lo único que recibe son
críticas pero no nunca una oración, ni mucho menos una muestra de caridad o
solidaridad como lo hizo monseñor orando por su pueblo y al mismo tiempo poniéndose
en el pellejo del sufriente, levantando su voz contra la injusticia y la
indiferencia, dando ejemplo y testimonio con su vida, siendo patena de
esperanza y cáliz de solidaridad para el que sufre.
Beato Romero… San Romero Mártir, modelo
de adhesión y fe en Cristo, visibiliza su rostro en el pobre, en el abandonado,
en el que sufre, en el explotado; haz escuchar la voz del desposeído, del
desempleado, del oprimido.
Beato Romero… San Romero Mártir, modelo
de Iglesia, pueblo de Dios, haz visible la santidad en los pobres y en los
mártires que buscan a Dios.
Beato Romero… San Romero Mártir,
testimonio vivo del que sigue a Cristo, haznos visible como se construye en la
tierra su Reino y con tu ejemplo, ayúdanos a alcanzar su plenitud en la presencia
de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario